Palacio de Hipnos (priv Hades)

El palacio de Hipnos estaba construido dentro de una gran cueva del lejano, oeste donde el sol no llegaba jamás, como tampoco lo hacían el gallo, que despertaba al resto del mundo, los gansos o los perros, de forma, que Hipnos vivía siempre sumergido en la tranquilidad, la paz y el silencio, pero no estaba oscuro si no que se veía bien como si al luna solo iluminara allí.
Por un extremo de este curioso lugar pasaba Lete, el rio del olvido, y a sus orillas crecían amapolas y otras plantas narcóticas.
Aunque todo parecía estar a aire libre, no faltaban los muebles típicos de una casa, sillones, trono, mesa, uan estanteria de libros.....
Pero lo que mas llamaba la atencion estaba en medio del palacio, un hermoso lecho de ébano rodeado de cortinas negras en el que reposaba Hipnos, sobre blandas plumas con un sueño apacible plagado de historias los cuales compartía con los demás dioses y humanos para que el sueño les llegara y soñaran cosas hermosas.
Dormía boca arriba, con su cabello negro desperdigado por la cama y un rostro apacible y sosegado.

Sentí un roce en mis labios para luego una voz que conocía bastante bien, mi hermano me llamaba.
Poco a poco abrí mis ojos dejando escapar un suspiro al sentir aquella lamida en mi oreja.
Me frote débilmente los ojos para poder ver bien la figura que había delante de mí, a pesar de escuchar la voz de mi hermano, no sabía si de verdad él era quien estaba delante de mí.
Al diferenciar perfectamente la figura pude ver que si era mi adorado hermano, sonriente alce mis brazos rodeándole en un abrazo, apegando mi pecho desnudo al cuerpo de él.

-Hermano estas aquí-susurre bastante alegre, aun mi voz se notaba algo adormilada-esta vez no es un sueño, te eché tanto de menos

No sabía si era por alegría o por estar aun medio dormido, pero estaba siendo demasiado sincero, aunque nunca había ocultado nada a mi hermano Hades nunca había sido tan sincero expresando mis sentimientos.

Estaba escuchando sus palabras cuando arrugue el entrecejo algo molesto ya que era verdad que los dioses le odiaban, cosa que no entendía porque, Hades era un ser bastante tierno por lo menos conmigo, además su trabajo era difícil nadie tenía porque juzgarlo.

-Yo no puedo odiarte hermano, nunca podría-Respondió mientras acariciaba dulcemente el rostro de Hades, apego mas su cuerpo al de Hades al notar la caricia mientras una sonrisa salía en su rostro-¿Y para que me necesitas hermano? Te ayudare en todo lo que pueda

Me separe un poco mirando el rostro de Hades mientras sonreía levemente, era raro que el viniera expresamente a verme y mas alguien tan orgulloso como lo era Hades, pero esas simples palabras me hicieron aun más feliz si se puede.
Mire de nuevo su cara haciendo que mis mejillas ardieran levemente, de nuevo me sonrojaba al ver su cara, pero es que mi hermano era demasiado hermoso.

Sonrió por las palabras de su hermano, el hecho de que viniera a verle aun molestandole la luz hacia que se sintiera feliz, se concentro un poco y la luz bajo un poco para que no molestara a Hades.
Al mirarle vio como su pecho estaba descubierto haciendo que sus mejillas se tornaran de rojo, a pesar de ser hermanos eran demasiado diferentes, su cuerpo era bastante femenino y delgado mientras el de su hermano era un cuerpo de ensueño por el que mas de uno vendería su alma al diablo por estar con el aunque sea un rato.
Sus mejillas se pusieron mas rojas al escuchar la pregunta de Hades.

-Los dioses aun jactándose de toda su pureza, puedo decirte que muchos tienen sueños demasiado......-no fue capaz de seguir ya que sus mejillas se pusieron aun mas rojas de lo que estaban-y los de algunos son bastante inocentes....

Aquello que decía Hades era cierto, los dioses podían hacer cualquier cosa y nadie le juzgaría, como el, miraba en todos los sueños y nadie podía decirle nada.
Se sonrojo aun mas por la pregunta de su hermano, excitarse, era algo que ya no le pasaba tanto, nunca le paso con los dioses, pero con humanos si que le pasaba muy a menudo, menos ahora, ahora solamente le pasaba cuando era un uke al que le pasaba todo, no entendía porque reaccionaba así, pero ver un uke sometido le gustaba.

-La verdad los sueños de los dioses nunca lo hicieron, los tuyos nunca los miro hermano, no quiero interrumpir tu privacidad...y bueno con los humanos...sueñan tanto que ya rara vez me pasa-respondió mientras agachaba la vista sonrojado intentando no mirar a su hermano-los humanos sueñan tanto con eso que se hace repetitivo...

Volvió a mirar a su hermano para despues bajar de nuevo la vista, hiciera lo que hiciera haces era demasiado provocador y no quería hacer nada que a su hermano le enfadara y no quisiera volver a verle, era su único hermano y no quería perderlo.

Escuchaba atento la explicación de Hades, nunca había pensado que aquel comportamiento de los humanos era cosa de Hades, el pensaba que todo eso estaba en al naturaleza de aquellos seres inferiores de la tierra, aquellos que tanto los veneraban para tener sus favores, al parecer aun no entendía del todo a los humanos.

Un gemido de sorpresa salio de sus labios cuando Hades lamió su oído, dándose cuenta que ahora su hermano estaba encima de el, por quedarse pensativo no se había dado cuenta.
Entonces lo de enseñarle sus sueños como había dicho Hades se refería a que le haría lo que soñaba o que soñaba con el, muchas dudas atacaban a Hipnos mientras suspiros salían de sus labios por los besos de Hades.

-Acaso tu...sueñas conmigo...hermano?

Tenia que preguntar y aclarar sus dudas, aunque su voz había sonado algo baja por los suspiros, era perfectamente audible. La sabana de seda que le cubría había comenzado a bajar cuando Hades se tumbo encima mostrando que Hipnos no llevaba nada puesto, había dormido sin nada de ropa